El Centauro Quirón

Un centauro es un ser mitad hombre y mitad caballo. Los hay filósofos, sanadores, y sabios, como Quirón; otros son hospitalarios y amables, como Folo y, los restantes, son salvajes como Neso.

La filiación mitológica de Quirón lo señala como hijo de Cronos y de la ninfa Filira. Su condición de centauro se debe a que su madre se convirtió en yegua para eludir a Cronos, que quería embarazarla para luego comer a su hijo -una costumbre que aún conserva el dios tiempo- y fue a esconderse en el bosque. Cronos la descubrió, se transformó en caballo y la poseyó naciendo luego Quirón. El centauro pudo escapar al destino que le reservaba Cronos porque Filira lo escondió en una cueva donde fue educado por Artemisa y Apolo.
Quirón fue médico, músico, filósofo y conocía cosas prácticas como el arte de la guerra y de la caza. En virtud de sus conocimientos fue maestro de muchos héroes griegos como Aquiles y Orfeo. Fue un sabio respetado por los mortales.
Quirón fue herido accidentalmente por Heracles (Hércules). La herida era dolorosa y no podía curarse -ni siquiera él podía- porque las flechas estaban envenenadas con la sangre de Hidra, para la cual no había antídoto. La difícil y contradictoria situación ha quedado como ejemplo paradojal: Quirón sufría pero no podía morir dada su condición de hijo de un dios pero tampoco podía sanar su herida. Su dolor era constante pero, lejos de lamentarse o resentirse, estudió el dolor y las formas de superarlo.
Hércules se apiadó de él y buscó a Prometeo, quien había sido encadenado por Zeus por entregar el fuego a los hombres y condenado a nacer y morir cada día cuando un águila devoraba su hígado, que volvía a crecer. Este castigo duraría hasta que alguien tuviera piedad de él y muriera en su lugar. A instancias de Heracles, Quirón lo reemplazó, muriendo para liberar a Prometeo. Algunos dicen que Zeus premió a Quirón colocándolo en los cielos como una constelación, la de Sagitario.
El centauro Quirón es un ejemplo de sabiduría pero, sobre todo, de amor. De amor a los seres humanos a quienes trató de aliviar sus dolores aprendiendo de su propio sufrimiento y dejando una enseñanza en su modo de mirar una situación que aparentemente es sin salida. Su altruismo alcanzó para liberar a Prometeo y su modo de superar la contradicción es una enseñanza vigente. A Quirón se le puede atribuir este pensamiento: “Sólo una visión más amplia de la vida, una visión más profunda de nuestro propio dolor y del dolor ajeno, nos permitirá ayudarnos a superar la enfermedad propia y la del prójimo”.
La visión más amplia es aquella que trasciende al yo e incluye a los otros bajo el manto del amor.