Hace poco más de un mes, en ocasión del aniversario de los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki, en un acto organizado por nuestra Fundación “Mundo sin Guerras”, comentábamos entre otras cosas, la influencia que tenían los medios de difusión masiva, en particular el cine y la TV, a la hora de condicionar a la opinión pública, respecto a quienes son los “malos” y quienes son los “buenos”. Y este condicionamiento, como efecto de esa propaganda, genera violencia, discriminación y también insensibiliza a la gente respecto de las masacres cuyas víctimas pertenezcan al bando de los “malos”. Decíamos que por efecto de esa propaganda, la opinión pública mayoritaria recordaba tales bombardeos, no como el genocidio que significaron, sino como acciones militares “necesarias para terminar con el conflicto”. Estos “señores malos”, contra los cuales pareciera justificarse todo tipo de violencia y genocidios, a veces fueron japoneses y alemanes, otras veces soviéticos y vietnamitas, y más recientemente musulmanes. Por acción de este formidable aparato propagandístico-cultural, mucha gente “digiere aceptablemente” las masacres llevadas adelante por los ejércitos invasores, por ser “acciones bélicas legales” de ejércitos regulares; y por el contrario, rechaza las acciones del “bando malo” por su manifiesta crueldad y cobardía terrorista.
Pero no son solamente las guerras, los hechos de violencia bendecidos por la cultura mediática. El incentivo al consumismo irracional, la competencia feroz, el individualismo, la sociedad de ganadores y perdedores, y a todos los valores funcionales al desarrollo del sistema imperante, también tienen su correlato de violencia de todo tipo, a través del resentimiento social, la fragmentación, la marginación y la discriminación. Cabe preguntarse entonces, como es posible que un sistema de propaganda tan burdo y grotesco, siga surtiendo efecto sobre la subjetividad de las personas, habida cuenta de sus nocivos efectos. Evidentemente, hay una predisposición cultural a aceptar pasivamente tal influencia, sin la menor crítica o auto-crítica. Y en ese sentido está claro, que el nivel cultural (y no estamos hablando de nivel educativo), es de una gran pobreza; basta observar cuales son los programas televisivos de mayor raiting en nuestro país, para darse una idea. Y uno podría responsabilizar de ello a quienes producen esos programas, que en definitiva son empresarios que ganan dinero con lo que la gente consume. Porque siendo sinceros, hay mucha gente que aún teniendo otras opciones, elige permanentemente lo burdo, en una suerte de “abandono cultural".
Sin embargo, este fenómeno no es nuevo; siempre ha habido “pan y circo” para distraer a la gente. Pero en otras épocas, además del circo, también había sectores de la población que tenían otras inquietudes, y poco a poco se constituían en vanguardia, contagiaban sus aspiraciones de una sociedad mejor a muchos otros, y se ponía en marcha una dinámica que terminaba haciendo avanzar a las sociedades. No importa si algunas veces esas vanguardias eran los intelectuales, o eran los jóvenes, o los trabajadores, o los artistas; lo claro es que tales vanguardias dinamizaban la evolución social. La pregunta sería entonces ¿dónde están hoy esas vanguardias?, y si las hay ¿dónde está su capacidad de contagiar a otros, para llegar a una masa crítica que genere cambios culturales? En la década del 60, hubo una gran dinámica social merced a la acción de estas vanguardias. Hubo en el mundo un mayo francés y en Argentina un Cordobazo, donde estudiantes y trabajadores produjeron grandes movilizaciones en busca de cambios profundos. No eran solamente reclamos puntuales, se proclamaba “la imaginación al poder”. Por su parte el Movimiento Hippie, se rebelaba contra la sociedad burguesa y sobre todo contra la guerra y la violencia. La utopía del Flower Power, la búsqueda de la sociedad del amor y la paz, también produjo mucha movilidad entre los jóvenes. También hubo mucha dinámica en lo político, y aunque muchos hayan creído equivocadamente que utilizando las armas se podría resolver la violencia en el mundo, en el fondo se aspiraba a un cambio total. Desde luego que hubo liderazgos, en lo político, en lo estudiantil, en lo filosófico, en el arte y en la música. Pero esos liderazgos pudieron manifestarse porque había conjuntos humanos que estaban convencidos que podría lograrse un gran cambio, y estaban dispuestos a movilizarse colectivamente detrás de ese sueño. No estamos discutiendo éxitos y fracasos, estamos rescatando ese factor de movilización social, esas imágenes conjuntas de una transformación social. Y hoy eso parece estar ausente, o al menos ha estado ausente en los 80 y los 90, y si bien ahora aparecen algunos indicadores de que mucha gente siente la necesidad de un cambio, no aparecen a la vista imágenes que movilicen a grandes conjuntos, salvo en coyunturas efímeras.
Pareciera ser que algunos de los fracasos en las aspiraciones de la cultura de los 60, nos hubieran dejado en el pantano de la cultura de la Postmodernidad. Y digo pantano, porque por lo general se habla de “corrientes culturales”, pero las corrientes dan la imagen de un torrente que avanza, venciendo resistencias y sumando afluentes. En cambio la Postmodernidad, se parece más a las aguas estancadas. Las aguas estancadas del individualismo, del escepticismo, el relativismo, y sobre todo la negación de toda posibilidad de cambios profundos. Tal como dice Lipovetzky, la Postmodernidad es la “segunda revolución del individualismo”. Pero ya no se trata solamente de aquel individualismo materialista fomentado por el viejo liberalismo, funcional al sistema económico, que desde luego sigue existiendo. Ahora también quienes dicen buscar alternativas, quienes intentan definirse como la “contra cultura”, lo hacen de modo individualista y fragmentado. Para los postmodernos pareciera ser un mérito renegar de la posibilidad de toda cosmovisión, desconfiar de los grandes relatos, resistirse a ser parte de algo en lo que se sientan etiquetados. Está bien visto ser nihilista, incrédulo, vivir el presente, y jugar a desentenderse de todo. Está bien todo lo que sea subjetivo y relativista, y cualquier convicción es confundida con absolutismo. Estamos ante una cultura narcisista en la que cada cual cree utilizar al máximo sus libertades individuales, mientras que el sistema restringe cada vez más su campo de acción. Es como una gran prisión con celdas individuales, donde cada uno cree ser libre porque en su celda hace lo que quiere, con su cuerpo, con sus pertenencias y con su miserable vida, aunque jamás pueda ver el sol.
Y desde luego que en una sociedad de individuos aislados y apáticos, la maquinaria del sistema sigue avanzando, y nos aproxima a lo que Beck denomina la “Sociedad del riesgo”, porque cada vez es más probable una catástrofe social, o ecológica, o nuclear, sin que nadie pueda impedirla, porque la sociedad no tiene mecanismos para prevenir y frenar su propio suicidio colectivo. Y en esta era del desencanto y del alma desilusionada, parece difícil salir del círculo vicioso. Está difícil proponer ideales, a quienes creen que han muerto las ideologías; o proponer pensar en el futuro a quienes creen que solamente importa el presente; proponer grandes cambios a quien desconfía de toda propuesta. Está difícil comunicar un proyecto de transformación, porque todas las palabras antes cargadas de sentido, ahora se nos aparecen como consignas gastadas, y todos los proyectos imaginables, se parecen a viejos intentos ya fracasados, al menos desde la pesimista visión de la cultura postmoderna.
Estamos en un problema, porque aún los que sienten la necesidad de salir de este pantano, no encuentran una nueva imagen que los motive, y mucho menos que les sirva para motivar a otros. Y es que toda imagen con la que se quiera dibujar una utopía, necesariamente tendrá elementos ya conocidos. El propio Tomás Moro, quien acuño el término utopía en su significado actual, cuando se imaginaba esa sociedad ideal, se la imaginaba con siervos y esclavos, cosa que hoy nos parece una gravísima contradicción. Pero así veía la sociedad ideal un inglés de hace 500 años. ¿Cómo debería verse hoy para movilizarse tras ella?- No me hablen de palabras gastadas, dirán algunos-. -Háblenme de algo nuevo, pedirán otros-. Como si se tratara de comprar un nuevo modelo de automóvil.
Pues yo creo que quizá, no tengamos que esperar movilizarnos por algo novedoso. Tal vez lo que nos pueda movilizar y sacar de este pantano, sea lo más antiguo. Tal vez sea aquello que alguna vez sintió el primer simio, el primer primate que se puso de pie para poder mirar al cielo y así transformarse en humano. Y luego se puso de pie otro, y diez más y cien más, y finalmente todos. Tal vez eso aún esté vivo dentro de nosotros y hoy nos ayude a salir de este pantano y poder dar un nuevo salto. Claro que tal vez, es algo que no se ve, que no es sencillo transmitir con las palabras, y mucho menos se puede apresar.
Y hablando de cosas que no pueden apresarse, me resultó curioso que, leyendo algunas cuestiones acerca de esta cultura de la Postmodernidad, encontré que algunos postmodernos hacen suyo uno de los principios de la física cuántica. El principio de incertidumbre cuántica de Heisemberg. Este principio dice algo así como que no es posible medir la posición y velocidad de las partículas más elementales, porque para poder observarlas hay que iluminarlas, y al hacerlo los fotones colisionan con las partículas y las desvían. Supongo que algunos postmodernos consideran que esto abona la teoría de que si todo es incierto y no son posibles las respuestas integrales, entonces lo más sensato es el escepticismo. Claro, uno de física no sabe nada, pero de pronto me preguntaba, si esto de definir a este principio como “principio de incertidumbre”, no tendrá que ver con el hecho de que algunos consideran que para poder tener certidumbres o certezas, es imprescindible poder medir y cuantificar todo. ¿Y que tal si hubiera otro modo de tener certezas?, ¿Y que tal si para movilizarse tras una utopía, no es necesario tener los planos y la maqueta de la ciudad ideal del futuro?… Otras cosas se me ocurrían con este interesante principio, una fue casi una alegoría; porque si las partículas más elementales no pueden medirse porque la luz modifica su trayectoria al observarlas, eso significa que la denominada “realidad concreta”, se moverá según como la iluminemos. Y diferente será nuestra realidad presente, si la seguimos mirando bajo la penumbra de la resignación y el nihilismo, que si la iluminamos con una utopía lanzada al futuro.
En todo caso, creo que será interesante que, en todos los ámbitos de la sociedad, el arte y la cultura, quienes sientan la necesidad de un cambio, la necesidad de crear una nueva cultura que nos saque del sin sentido y de la violencia, que confíen en ese ancestral clamor interno, se pongan de pie y caminen hacia lo que sienten verdadero. Y que no tengan pudor en aspirar a cosas grandes, porque son las cosas grandes las que valen la pena. La trascendencia, vale la pena. Vivir con sentido, vale la pena. Borrar el sufrimiento de la faz de la tierra, es un proyecto que vale la pena. Lo demás, son pequeñeces. Y está claro que sentir convicción interna, y ponerse de pie con resolución, no implica imponer las propias verdades a otros. Pero también está claro, que para ponerse de pie detrás de un sueño, no es necesario andar pidiéndole permiso a cada escéptico que se nos cruce en el camino.
Finalmente, quisiera terminar esta ponencia, citando el texto de un graffiti que apareció a fines del milenio pasado en algún lugar de Latinoamérica, tal vez escrito por alguien que se había hartado del pantano postmoderno:
“¡Basta de realidades, queremos utopías!”
Guillermo Sullings - FORO ARGENTINA NO VIOLENTA 2007
PANEL DE SOCIEDAD. ARTE Y CULTURA
Pero no son solamente las guerras, los hechos de violencia bendecidos por la cultura mediática. El incentivo al consumismo irracional, la competencia feroz, el individualismo, la sociedad de ganadores y perdedores, y a todos los valores funcionales al desarrollo del sistema imperante, también tienen su correlato de violencia de todo tipo, a través del resentimiento social, la fragmentación, la marginación y la discriminación. Cabe preguntarse entonces, como es posible que un sistema de propaganda tan burdo y grotesco, siga surtiendo efecto sobre la subjetividad de las personas, habida cuenta de sus nocivos efectos. Evidentemente, hay una predisposición cultural a aceptar pasivamente tal influencia, sin la menor crítica o auto-crítica. Y en ese sentido está claro, que el nivel cultural (y no estamos hablando de nivel educativo), es de una gran pobreza; basta observar cuales son los programas televisivos de mayor raiting en nuestro país, para darse una idea. Y uno podría responsabilizar de ello a quienes producen esos programas, que en definitiva son empresarios que ganan dinero con lo que la gente consume. Porque siendo sinceros, hay mucha gente que aún teniendo otras opciones, elige permanentemente lo burdo, en una suerte de “abandono cultural".
Sin embargo, este fenómeno no es nuevo; siempre ha habido “pan y circo” para distraer a la gente. Pero en otras épocas, además del circo, también había sectores de la población que tenían otras inquietudes, y poco a poco se constituían en vanguardia, contagiaban sus aspiraciones de una sociedad mejor a muchos otros, y se ponía en marcha una dinámica que terminaba haciendo avanzar a las sociedades. No importa si algunas veces esas vanguardias eran los intelectuales, o eran los jóvenes, o los trabajadores, o los artistas; lo claro es que tales vanguardias dinamizaban la evolución social. La pregunta sería entonces ¿dónde están hoy esas vanguardias?, y si las hay ¿dónde está su capacidad de contagiar a otros, para llegar a una masa crítica que genere cambios culturales? En la década del 60, hubo una gran dinámica social merced a la acción de estas vanguardias. Hubo en el mundo un mayo francés y en Argentina un Cordobazo, donde estudiantes y trabajadores produjeron grandes movilizaciones en busca de cambios profundos. No eran solamente reclamos puntuales, se proclamaba “la imaginación al poder”. Por su parte el Movimiento Hippie, se rebelaba contra la sociedad burguesa y sobre todo contra la guerra y la violencia. La utopía del Flower Power, la búsqueda de la sociedad del amor y la paz, también produjo mucha movilidad entre los jóvenes. También hubo mucha dinámica en lo político, y aunque muchos hayan creído equivocadamente que utilizando las armas se podría resolver la violencia en el mundo, en el fondo se aspiraba a un cambio total. Desde luego que hubo liderazgos, en lo político, en lo estudiantil, en lo filosófico, en el arte y en la música. Pero esos liderazgos pudieron manifestarse porque había conjuntos humanos que estaban convencidos que podría lograrse un gran cambio, y estaban dispuestos a movilizarse colectivamente detrás de ese sueño. No estamos discutiendo éxitos y fracasos, estamos rescatando ese factor de movilización social, esas imágenes conjuntas de una transformación social. Y hoy eso parece estar ausente, o al menos ha estado ausente en los 80 y los 90, y si bien ahora aparecen algunos indicadores de que mucha gente siente la necesidad de un cambio, no aparecen a la vista imágenes que movilicen a grandes conjuntos, salvo en coyunturas efímeras.
Pareciera ser que algunos de los fracasos en las aspiraciones de la cultura de los 60, nos hubieran dejado en el pantano de la cultura de la Postmodernidad. Y digo pantano, porque por lo general se habla de “corrientes culturales”, pero las corrientes dan la imagen de un torrente que avanza, venciendo resistencias y sumando afluentes. En cambio la Postmodernidad, se parece más a las aguas estancadas. Las aguas estancadas del individualismo, del escepticismo, el relativismo, y sobre todo la negación de toda posibilidad de cambios profundos. Tal como dice Lipovetzky, la Postmodernidad es la “segunda revolución del individualismo”. Pero ya no se trata solamente de aquel individualismo materialista fomentado por el viejo liberalismo, funcional al sistema económico, que desde luego sigue existiendo. Ahora también quienes dicen buscar alternativas, quienes intentan definirse como la “contra cultura”, lo hacen de modo individualista y fragmentado. Para los postmodernos pareciera ser un mérito renegar de la posibilidad de toda cosmovisión, desconfiar de los grandes relatos, resistirse a ser parte de algo en lo que se sientan etiquetados. Está bien visto ser nihilista, incrédulo, vivir el presente, y jugar a desentenderse de todo. Está bien todo lo que sea subjetivo y relativista, y cualquier convicción es confundida con absolutismo. Estamos ante una cultura narcisista en la que cada cual cree utilizar al máximo sus libertades individuales, mientras que el sistema restringe cada vez más su campo de acción. Es como una gran prisión con celdas individuales, donde cada uno cree ser libre porque en su celda hace lo que quiere, con su cuerpo, con sus pertenencias y con su miserable vida, aunque jamás pueda ver el sol.
Y desde luego que en una sociedad de individuos aislados y apáticos, la maquinaria del sistema sigue avanzando, y nos aproxima a lo que Beck denomina la “Sociedad del riesgo”, porque cada vez es más probable una catástrofe social, o ecológica, o nuclear, sin que nadie pueda impedirla, porque la sociedad no tiene mecanismos para prevenir y frenar su propio suicidio colectivo. Y en esta era del desencanto y del alma desilusionada, parece difícil salir del círculo vicioso. Está difícil proponer ideales, a quienes creen que han muerto las ideologías; o proponer pensar en el futuro a quienes creen que solamente importa el presente; proponer grandes cambios a quien desconfía de toda propuesta. Está difícil comunicar un proyecto de transformación, porque todas las palabras antes cargadas de sentido, ahora se nos aparecen como consignas gastadas, y todos los proyectos imaginables, se parecen a viejos intentos ya fracasados, al menos desde la pesimista visión de la cultura postmoderna.
Estamos en un problema, porque aún los que sienten la necesidad de salir de este pantano, no encuentran una nueva imagen que los motive, y mucho menos que les sirva para motivar a otros. Y es que toda imagen con la que se quiera dibujar una utopía, necesariamente tendrá elementos ya conocidos. El propio Tomás Moro, quien acuño el término utopía en su significado actual, cuando se imaginaba esa sociedad ideal, se la imaginaba con siervos y esclavos, cosa que hoy nos parece una gravísima contradicción. Pero así veía la sociedad ideal un inglés de hace 500 años. ¿Cómo debería verse hoy para movilizarse tras ella?- No me hablen de palabras gastadas, dirán algunos-. -Háblenme de algo nuevo, pedirán otros-. Como si se tratara de comprar un nuevo modelo de automóvil.
Pues yo creo que quizá, no tengamos que esperar movilizarnos por algo novedoso. Tal vez lo que nos pueda movilizar y sacar de este pantano, sea lo más antiguo. Tal vez sea aquello que alguna vez sintió el primer simio, el primer primate que se puso de pie para poder mirar al cielo y así transformarse en humano. Y luego se puso de pie otro, y diez más y cien más, y finalmente todos. Tal vez eso aún esté vivo dentro de nosotros y hoy nos ayude a salir de este pantano y poder dar un nuevo salto. Claro que tal vez, es algo que no se ve, que no es sencillo transmitir con las palabras, y mucho menos se puede apresar.
Y hablando de cosas que no pueden apresarse, me resultó curioso que, leyendo algunas cuestiones acerca de esta cultura de la Postmodernidad, encontré que algunos postmodernos hacen suyo uno de los principios de la física cuántica. El principio de incertidumbre cuántica de Heisemberg. Este principio dice algo así como que no es posible medir la posición y velocidad de las partículas más elementales, porque para poder observarlas hay que iluminarlas, y al hacerlo los fotones colisionan con las partículas y las desvían. Supongo que algunos postmodernos consideran que esto abona la teoría de que si todo es incierto y no son posibles las respuestas integrales, entonces lo más sensato es el escepticismo. Claro, uno de física no sabe nada, pero de pronto me preguntaba, si esto de definir a este principio como “principio de incertidumbre”, no tendrá que ver con el hecho de que algunos consideran que para poder tener certidumbres o certezas, es imprescindible poder medir y cuantificar todo. ¿Y que tal si hubiera otro modo de tener certezas?, ¿Y que tal si para movilizarse tras una utopía, no es necesario tener los planos y la maqueta de la ciudad ideal del futuro?… Otras cosas se me ocurrían con este interesante principio, una fue casi una alegoría; porque si las partículas más elementales no pueden medirse porque la luz modifica su trayectoria al observarlas, eso significa que la denominada “realidad concreta”, se moverá según como la iluminemos. Y diferente será nuestra realidad presente, si la seguimos mirando bajo la penumbra de la resignación y el nihilismo, que si la iluminamos con una utopía lanzada al futuro.
En todo caso, creo que será interesante que, en todos los ámbitos de la sociedad, el arte y la cultura, quienes sientan la necesidad de un cambio, la necesidad de crear una nueva cultura que nos saque del sin sentido y de la violencia, que confíen en ese ancestral clamor interno, se pongan de pie y caminen hacia lo que sienten verdadero. Y que no tengan pudor en aspirar a cosas grandes, porque son las cosas grandes las que valen la pena. La trascendencia, vale la pena. Vivir con sentido, vale la pena. Borrar el sufrimiento de la faz de la tierra, es un proyecto que vale la pena. Lo demás, son pequeñeces. Y está claro que sentir convicción interna, y ponerse de pie con resolución, no implica imponer las propias verdades a otros. Pero también está claro, que para ponerse de pie detrás de un sueño, no es necesario andar pidiéndole permiso a cada escéptico que se nos cruce en el camino.
Finalmente, quisiera terminar esta ponencia, citando el texto de un graffiti que apareció a fines del milenio pasado en algún lugar de Latinoamérica, tal vez escrito por alguien que se había hartado del pantano postmoderno:
“¡Basta de realidades, queremos utopías!”
Guillermo Sullings - FORO ARGENTINA NO VIOLENTA 2007
PANEL DE SOCIEDAD. ARTE Y CULTURA
267 comentarios:
«El más antiguo ‹Más antiguo 201 – 267 de 267Yoryiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! Alguien lo vio por ahí? O se habrá ido en el submarino hasta Río Gallegos??
Yoryiiiiiiiiii, no se vaya sin despedirse por favor!!!
nono, no es robbie williams, es un desconocido
es como una parodia a los videos sobre piratería... algo super exagerado
y esos dos tipos que miran el video son de una serie de inglaterra, no les den bola
Aaaaaaaaaaaah, ok!
Entonces está bueno :P
Si Ulises, esta bueno el video.
Vero, creo que CCDSY andaba muy empernado... debe ser por la cercania de las vacaciones.
Ulises dijo ....
nono, no es robbie williams, es un desconocido
estemmmmmmmmm nono yo jijijiji
me pagarán algo por la jubilación bloguerística ?
hay tantas de privilegio, que una mas :P
Mmmmmmmmh... no creo! Aportaste? :P
No son vacaciones Mary, va a trabajar porque es un chico responsable :P (sí, sí... a trabajar jajajaja)
eric, si los archivos que subo a rapidshare son bajados bastante, eso me va dando puntos, y puedo llegar a convertir esa cuenta gratis que tengo en una premium, que no tiene límites de descarga ni subida. Si se llega a dar, yo hago públicos esos datos y todos uds la van a poder usar.
igual se tienen que bajar muchísimo, es difícil llegar... pero todo fue aumentando hasta ahora
obvio, todos los meses :P
además me correponde plus por trabajo insalubre :P
hola a todos....me estoy yendo pero paso a saludar.
Eric una pena lo de tu blog, a mi me gustaba, pero te entiendo y sólo espero que no te pierdas (o sea, segui por aca!)
los quiero y extraño mis dias blogueando...ya volverán!!!
que tengan lindo día!
y bueno, dale duro nomás al Rapidshare entonces !!!
reclamale tu jubilación a blogger eric !
arrancá pidiendo 4 cifras en dólares y después ves
buenas natitaa
buen viajeee
Hola Natita !! Obvio que seguiré aquí !!!
Mucha "merde" con tus cosas!!! Besos
Aguantenme que estoy hasta las manos!!
Como me voy a ir sin despedirme Srta S.?
Bueno CCDSY... te aguantamos, no te pongas nervioso che!
Natita! besos! te extrañamos por aca!
Eric jubilacion y fiesta de retiro!! :P
El 3/11 festejamos todo junto !!!! :P
Una lastima lo de tu blog Eric, estaba bueno, digamos los blogs son una forma de compartir los intereses de cada uno, una especie de descarga, pero si consideras que ya había cumplido su ciclo esta bien...
Como critica te tengo que decir que lo habias cargado de demasiadas figuras a los costados , jaja...
Creo que no les había comentado, yo la semana que viene tampoco estaría, me iría unos días a Río Gallegos...y aprovechando la cercanía me llegaría hasta Calafate y el Perito Moreno...siguiendo las recomendaciones de la Srta S.
El domingo empezaría mi peregrinación hacia allá...por lo que me parece que hasta el sábado voy a estar viniendo a trabajar...
qué lindo paseo CC !!
vamos a ver que onda, lastima el frio...
UUyyyy, que bueno CD, te va a encantar, es una linda época para ir al glaciar, es un espectáculo incomparable che !!!! :D
Si podés, no dejes de hacer la excursión por el lago Argentino hacia los otros glaciares, el Upsala, Spegazzini y otros, es maravillosa !!!
Vas navegando entre bloques de hielo que se desprenden de los glaciares.
Sí, Eric... esa fue mi ppal recomendación. No se puede perder esa navegación.
Lo espero cuando sea Yoryi!
Che, habría que hacer un listadito del encuentro del 3... María me dijo que al final no puede porque cumple años su abuelo y se va a Paysandú a gran encuentro familiar gran.
hacelo en excel el listado y lo subìs al badongo :P
jijijijiiiiiiiiiiiiiiiiii
Si estaria haciendo esa excursion por el Upsala y el Perito Moreno...
jajajaja qué malo que sos Eric! jajaja
Yo traté de hacer las cosas más transparentes, che!
Estuviste bien Veruquita.... y tu sobri Flor?
si si, ya se, no fué una crítica eh!!!
estoy complicado pal cuartito...mucha gente dando vueltas...
Yo diria que invitemos los de la vieja guardia tambien...
Ya decidieron el lugar?
yo creo que antes de decidir el lugar, tienen que confirmar quienes van a venir
obvio que hay que invitar a todos, asi te conocen che, y el que puede puede
yo seguro voy
Coincido en que hay que invitar a los de la vieja guardia.
Eric, ya sé que era gaste... te juro que no me enojé.
Yoryi, SNIF! Ya veremos...
De Flor no sé nada... de nada!
Bueno, yo mando las invitaciones... a ver quiénes vienen.
OK :D
Ahí salió!
bien Veruca!!
como escupida de músico :P
Y ya empecé a completar el excel! :P jajajaja Ya tenemos 2 bajas!
Mira Vero tengo foto!!! gracias a tu sabiduria blogueristica (porque si fuese por mi queridisima hna natita alias el aborigen de la tecnologia, no tendria foto de avatar)
agredecida, te saludo.
besos
UN GUSTO
HASTA CHAU
Jajajaja buenísima la foto Eli!!! La ropa va a ser para ese tipo de gente???
Besos y ya nos conoceremos!
Quise decir: si va a ser así, yo me prendo!
Hola Eliana! ecantada de conocerte!
Hola Eliana!!
Es una de las hermanas de Natita no?
Sí, la segunda...
Vengo en un ratito...
la esperamos Veruca...
Mucho gusto Eliana !!!
jijijiji, Natita, el aborígen de la tecnología !!!
Quienes son las bajas Vero ?
VP con permiso por futura paternidad y Rosario que no tiene ganas de venir...
aha :P
Y María que se va a Paysandú!
hola de nuevo! ya hice mi primer posta (eeeehhhh la multitud enloquece) alguien me ayuda a subir un video de youtube?
desde ya muchas gracias
gustazo
HASTA CHAU
post
Asi es, perdonen che que no voy a poder estar...
Sí, Mary, todo bien! Estoy tratando de organizar con Nati para que nos juntemos a tomar algo y conocernos ya que no vas a estar... el problema es que vos los fines de semana te vas afuera y Nati los días de semana está complicada... Así que cuando te quedes un finde acá, organizamos algo en casa, dale?
Voy a poner música para animar la tarde... ya vengo.
esta bien Maria, no hay poblema!!!
Otra vez se me jodio el msn!! no me deja leer los mails!!
poblema=problema
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